El Real Colegio de Doncellas Nobles de Toledo fue una fundación en 1551 del Cardenal Siliceo con el fin de formar mujeres con pocos recursos de la archidiócesis de Toledo. Unos años más tarde, con el copatrocinio del rey Felipe II, pueden acceder al Colegio doncellas de distintas diócesis.
Funcionó con los Estatutos originales hasta 1988, adaptándose a principios de los 90 para convertirse en residencia universitaria.
El fundador de la institución, por voluntad propia, está enterrado en la iglesia del colegio.