Que todo el mediterráneo, y la Península Ibérica, es cuna del mejor aceite de oliva de todo el mundo no es ningún secreto. Por ello tampoco es de extrañar que el producido en la zona de los Montes de Toledo sea de una calidad extraordinaria y muy apreciado por los mayores expertos del mundo.
Cuenta con denominación de origen desde el año 1998, abarcando los cultivos de la zona del mismo nombre, destacando entre otros las producciones de Consuegra, Gálvez, Guadamur, Los Yébenes, Los Navalmorales, Marjaliza, Mascaraque, Navahermosa, Noez, Mazarambroz, Santa Ana de Pusa, Orgaz… pero sobre todo Mora, con su afamada y tradicional Fiesta del Olivo.
La variedad propia de la zona es la cornicabra, así conocida al ser de forma alargada y curvada, como el cuerno del animal, y que ofrece diferentes tonalidades.