Esta especie, característica de la península ibérica, se trata del felino más amenazado de todo el mundo. Aunque afortunadamente, tras un programa de recuperación desarrollados durante los últimos años, su población se ha visto incrementada notablemente.
Aunque su apariencia es muy parecida, tiene un tamaño superior al de un gato doméstico, y se distingue fácilmente por los característicos pinceles de sus orejas. También le caracterizan unas patillas en los laterales de sus mejillas, que van aumentando de tamaño con la edad. Durante su primer año apenas hay diferencia del tamaño de machos y hembras, aunque con el paso del tiempo los primeros destacarán notablemente sobre las últimas.
Su alimentación se basa principalmente en conejos, aunque también pueden alimentarse de perdices y aves similares.
Los Montes de Toledo es una de las zonas en dónde, afortunadamente, la población de Lince Ibérico ha aumentado en los últimos años.