La iglesia de El Salvador es uno de los templos que recoge entre sus muros los restos más tardorromanos y visigodos. Originalmente, del siglo IX, fue una mezquita. Aún conserva un campanario en su antiguo alminar, además de los restos de un patio con arcos árabes, y una destacada pilastra de época paleocristiana o visigoda que muestra escenas de la vida de Cristo. Fue reconvertida en iglesia bajo la advocación de San Salvador en el siglo XII, bajo el reinado de Alfonso VII.
Desde finales de la Edad Media hasta nuestros días ha sufrido importantes vicisitudes, como varios incendios y saqueos por parte de las tropas napoleónicas. Terminaría convirtiéndose en templo filial de la iglesia de Santo Tomé.